Simone Biles visitó Buenos Aires, en el marco de la designación de Buenos Aires como Capital Mundial del Deporte 2027.
La gimnasta estadounidense, ganadora de 11 medallas olímpicas y 23 medallas doradas en campeonatos mundiales a lo largo de su carrera, brindó una charla motivacional, titulada “El poder de creer”, en la sede del gobierno porteño.
Además de compartir su experiencia, su visión y su ejemplo de superación en el deporte de alto rendimiento, la agenda de la múltiple campeona olímpica en Argentina incluyó una clínica de gimnasia en el Parque Roca, destinada a jóvenes promesas del país.
Biles no necesitó mostrar sus medallas ni ejecutar saltos imposibles para emocionar al auditorio porteño. Bastaron su presencia y sus palabras para ser ovacionada y ganarse la admiración de quienes presenciaron ambos eventos.
Durante la conferencia, la gimnasta estadounidense repasó su recorrido deportivo, su infancia, la lucha por la salud mental que tuvo su epicentro en los Juegos Olímpicos de Tokio, su relación con las redes sociales y se describió como una persona normal, como cualquiera de las presentes en la sala. “
La tormenta que dio inicio a su carrera
“Empecé por error”, confesó Simone Biles frente al auditorio. Cuando tenía 6 años, una tormenta hizo que su grupo escolar tuviera que cambiar la excursión a una granja por un gimnasio en Texas. Allí, una entrenadora notó su talento natural y envió una carta a su madre para invitarla a entrenar. “No sabía ni lo que eran los Juegos Olímpicos. Solo quería divertirme”, recordó.
Ese azar inicial derivó en una carrera que redefinió los límites del deporte, pero también en un camino de autodescubrimiento donde aprendió que la perfección no siempre es sinónimo de éxito.
“Me llevó muchísimos años, no fue fácil. He logrado mucho más de lo que jamás soñé. Nunca quise pensar en ser la mejor atleta del mundo, o ir a tantos Juegos Olímpicos. Yo solo quería ir a la universidad”, contó.
De la excelencia al autocuidado
Como era de esperar, en el repaso sobre su trayectoria se le pidió especial énfasis en lo vivido durante los Juegos Olímpicos de Tokio, cuando decidió retirarse de la competencia para priorizar su salud mental. Aquel gesto, incomprendido por muchos en su momento, abrió un debate mundial sobre el bienestar psicológico de los deportistas.
“No soy la única atleta que ha experimentado esto. Pero todos los ojos estaban puestos en Tokio. La gente pensó que era debilidad, cuando en realidad fue un acto de fortaleza. Todos deberíamos pedir ayuda cuando la necesitamos”, afirmó.
Biles reconoció que en la época de los JJOO de Tokio se sentía “mejor que nunca” a nivel físico. Sin embargo, sentía una desconexión entre su mente y su cuerpo. Entonces, explico que esto podía haberla puesto en peligro físico. Su decisión de parar fue un punto de inflexión no solo para ella, sino para todo el sistema deportivo. “No me gusta que me pongan como ejemplo de la salud mental, pero si puedo caminar junto a otros en este proceso, lo haré. Me emociona que hoy todos hablen de esto”, expresó. Además, explicó que, al principio, se sentía incomodada por esa posición de modelo o icono de la salud mental. “Sentía que tenía que ser perfecta en todo lo que hacía -contó-. Pero me di cuenta de que si yo podía ser honesta, franca y vulnerable en mis plataformas, la gente podía darse cuenta de que era humana y no una máquina de ganar medallas. Y podía conectar conmigo”.
“Afortunadamente, trabajé mucho con mi equipo para sentirme fantástica y lista para Paris. Pero no lo hice sola. Fue un logro del equipo, de mi familia, del acompañamiento de mis amigas”, agregó.
Una atleta que se permite ser humana
A sus 28 años, Biles se define como una persona normal. “Soy humana. Lavo los platos, cocino, pago facturas. Lo cotidiano me relaja”, dijo entre risas. También habló del aprendizaje que supuso mostrarse vulnerable en redes sociales y de cómo aprendió a convivir con los comentarios negativos: “Al principio me dolía. Pero hoy entiendo que quienes me critican no podrían hacer lo que yo hago. Y si me conocieran, me pedirían un autógrafo”.
La gimnasta aseguró que continúa con terapia semanal, que aprendió a equilibrar la salud física y mental y que, si bien actualmente no está entrenando, su objetivo es “llegar a Los Ángeles 2028”, aunque aún no sabe si será “en el suelo, en la cancha o desde la hinchada”. Lo importante, insistió, es estar bien psíquica y mentalmente.
Inspirar para abrir caminos
A la hora de hablar de referentes, Biles sostuvo que ver a otras mujeres negras triunfando la ayudó a creer en sí misma. “Una vez que vi que ellas podían hacerlo, sentí que el cielo era mi límite”, recordó, mencionando a pioneras como Gabby Douglas y Dominique Dawes. “Es importante ver gente como una. Que nos permitan creer que podemos lograrlo. Hoy veo más diversidad en los podios y eso me da esperanza. Queremos inspirar a las niñas del mundo, mostrarles que también pueden soñar con estar aquí”, sostuvo.
Consultada sobre si volvería a elegir a la gimnasia, Biles dijo: “La gimnasia es todo lo que se hacer, es mi vida. Creo que todo pasa por algo. Me adoptaron por una razón, la excursión del colegio se canceló por alguna razón… Ojalá fuera gimnasta en otra vida. Me ha dado una comunidad, oportunidad de viajar, la posibilidad de estar aquí. Es verdad que probablemente me haya perdido cosas, pero me dio tanto. Aprendí mucho a fuerza de prueba y error. Tuve la bendición de tener mucho apoyo. Realmente, la gimnasia me dio mucho más de lo que me sacó”.







DEPORWOMEN nace como un espacio digital dedicado a celebrar, visibilizar y amplificar la voz y las historias de las mujeres en el deporte. Un portal con noticias, entrevistas, perfiles, historias inspiradoras, análisis e informes sobre brecha salarial, salud mental, maternidad y carrera deportiva, marketing, violencia y acoso en el deporte.